Este tráfico delictuoso tiene precios establecidos. Alrededor de 5.000 dólares en el mercado interno y entre 10 v 20.000 dólares en el exterior.
Hasta 1994 no existía ningún instrumento legal que tipificara este delito. A fines de noviembre, se sancionó la ley que castiga el robo y tráfico de niños con penas de hasta 10 años de prisión y crea la figura del intermediario.
La sanción de esta ley -aún no promulgada- se produjo como consecuencia de la publicidad de una adopción irregular de un niño argentino por parte de un matrimonio español. Sin embargo, una de las criticas más importantes a esta ley es que mantiene la penalización a los padres, si bien con atenuantes si alegan un estado de necesidad.
Hay que señalar además, en relación a este tema, la prostitución infantil y el tráfico de órganos, (éste casi imposible de comprobar), que se dan en nuestro país.
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